Aquitania: tan cerca y con esa personalidad tan hedonista de infinitas playas y extensos bosques. Con nombre de reina medieval, la antigua Gascuña combina preciosos paisajes costeros con ordenados viñedos y poblaciones de rico legado medieval.
Visitaremos la bella Burdeos, Patrimonio de la Humanidad, con su Puerto de la Media Luna, así como la histórica ciudad romana de Saintes; veremos la amplia desembocadura del estuario de la Gironda y conoceremos sus pequeñas aldeas ribereñas como Talmont, con su impresionante iglesia románica al borde del mar, cuyo tipismo se refleja en los palafitos destinados para la captura de la lamprea. Tendremos ocasión de subir a la mítica duna de Pyla, la más alta de Europa Occidental, y obtendremos una magnífica panorámica de la bahía de Arcachon que no dejaremos de recorrer.
Saint Emilión, con su iglesia monolítica, y la Abadía de la Sauve-Majeur, con los formidables restos de su iglesia de los siglos XII-XIII, serán puntos de paso previos a la región de la Dordoña, donde nos impresionarán sus maravillas naturales: la abismal Torca de Pardirac, por cuyas aguas subterráneas podremos navegar; o el imponente desfiladero del río Alzou, en cuyo angosto valle se localiza el impresionante Conjunto Histórico-Religioso de Rocamadour.
Finalmente serán las pintorescas localidades del Valle de Dordoña y su entorno las que despedirán nuestro viaje: el fascinante pueblo rojo de Collonges o las armoniosas poblaciones Sarlat-la-Canéda y Autoir, cuya arquitectura medieval se esconde entre bellos bosques caducifolios.